jueves, 27 de agosto de 2009

Romance


ROMANCE :Una bùsqueda de sueños que nos pùeden ayudar a despertar siendo màs

Cada vez que pensaba que iba a ser “feliz para siempre” en una relación, esta sensación nunca duraba mas de seis semanas, a veces un poco más. Alrededor de este tiempo siempre comenzaban las quejas “¿Por qué no puso la tapa de la pasta de dientes?”, “Si él realmente me ama por qué no me presta más atención”.

Pronto todas las expectativas se transforman en sueños destrozados y al poco tiempo, comenzamos a ver cosas que no nos gustan … O en otras palabras –y lo que yo considero la contribución más importante de esto– empezamos a vernos a nosotros mismos. Y hacia allí va mi pregunta … ¿Cómo se puede amar al otro si no te amas a tí mismo? La respuesta es: no se puede, al menos no se puede amar incondicionalmente.

No puedes amar a alguien incondicionalmente hasta que el amor incondicional no lo sientas hacia ti, porque en última instancia, terminarás juzgando al otro en las mismas cosas que te juzgas a tí mismo, no aceptarás las cosas en el otro que no aceptes en ti. Esto no significa que todas las relaciones son en vano, o que dejemos de intentarlo, no es esto lo que estoy diciendo, pero sí significa que tenemos que prestar atención a la relación más importante que tenemos en nuestras vidas: la relación con nosotros mismos, y recordar que aquellas cosas que no nos gustan de nuestro espejo más cercano, están probablemente en nosotros mismos, en algún lugar.

A menudo la relación con nosotros mismos la postergamos hasta después de haber cumplido en nuestra relación con el resto del mundo. Pensamos que amarse a uno mismo es egoísta. Sin embargo, hasta que no aprendamos a amarnos nosotros mismos, nuestras relaciones estarán llenas de necesidad y co-dependencia. Es la necesidad la que nos lleva a la conexión, cuando sentimos que necesitamos a alguien - o algo, para ser felices, eso nos atrae hacia el otro. Y a eso se le agrega el control, creemos que debemos controlar a quienes nos sentimos atraídos, por esta necesidad y porque nuestra felicidad depende de su presencia, asegurarnos que cumplirán con nuestras necesidades.

Es así que el control da lugar a la manipulación y a todas las jugarretas que nos garanticen, de acuerdo a lo aprendido, obtener aquello que queremos. Pero ¿dónde está el amor en todo esto? Manipulación y el control no proceden del amor, sino que están llenas de miedo. Estamos jugando estos juegos, todo para cubrir el miedo al abandono y el rechazo.

Cuando te amas a tí mismo tus relaciones son honestas y transparentes, no hay miedo a perder y puedes ser real y mostrarte exactamente como eres, lo que le da al otro la libertad para hacer lo mismo.

Esta honestidad es la base de una verdadera relación de amor y así no es el miedo el que rige la relación, sino la aceptación y la verdad. Y con esto viene una gran libertad, y la capacidad de disfrutar realmente de la presencia de los demás. Creemos que si no controlamos a nuestro apego vamos a perder, pero en realidad sucede todo lo contrario, cuando el amor es sin condiciones, incluso si el otro no está a tu lado, te sentirás más cerca de ellos que nunca.

Este es el poder del amor incondicional, la verdad, la honestidad, la seguridad interna que crece cada día y no sólo en las relaciones románticas, sino en las relaciones con todos y tu entorno. Otro paso para una mejor calidad de vida en paz, en amor, en alegría y libertad.


ISHA

*ISHA es autora de “¿Por qué caminar si puedes volar?” y “El diamante negro de Atlantis” con editorial Aguilar Fontanar. “La revolución de la conciencia I, II y III” con Editorial Kier. También estará disponible a partir de septiembre la película de Isha - POR QUÉ CAMINAR SI PUEDES VOLAR distribuída por Arthouse.

lunes, 24 de agosto de 2009

No seamos tòxicos



Tiene enojo el quejoso

La queja es un hábito común en las personas amargadas y pesimistas. Se deleitan buscando de qué quejarse para tener un tema de conversación generalmente negativa que no conduce a nada.

La gente sabe que quejarse no cambia las situaciones, ni tampoco mejora las cosas, sin embargo le agrada poner en evidencia, que la realidad nunca le agrada.
El proceder del quejoso llega hasta negativizar lo positivo, cuando frente a algo de buena onda agregan: si, pero…

La queja, no resuelve nada, porque es inoperante, no aporta soluciones, es el recurso de los amargados que no se atreven a cambiar lo que no les agrada, ni aceptar lo que no pueden cambiar ni a las personas como son.
Los chismes y las críticas también son quejas sobre los defectos que tienen los demás; y el problema es que no llegan a ser conscientes, son formas de comportamiento habitual, un modo de ser, criticón y chismoso, que se complace en ser juez implacable de los demás.
Quejarse es concentrar la atención en lo malo, lo que no se desea, que con la queja se refuerza y expande. Estos pensamientos negativos crean la realidad y nuestras palabras expresan esos pensamientos.

Creamos nuestra vida con cada pensamiento, nuestra propia salud, la sociedad en que vivimos, la situación política. Todo es producto de las palabras que expresan nuestros pensamientos.
Muchos filósofos, profetas y sabios ya sabían esto hace siglos y lo transmitieron en sus doctrinas, pero lo malo es que la gente no se da cuenta cuándo está siendo quejoso ni cuándo está pensando en negativo, para poder revertir esa actitud por otra diferente.
Todos nos quejamos sin darnos cuenta, hasta la persona más positiva del mundo se queja sin ser plenamente conciente. Se trata de no emitir juicios, hablando menos, porque la palabra es un instrumento que puede dañar más que un cuchillo.
Una primera medida para convertirse en alguien que no se queja es evitar a las personas quejosas, criticonas y chismosas.

Una persona es una célula del organismo social y cuando la célula de un organismo cambia, todo el organismo cambia y puede contaminar a todos los organismos que están a su alrededor.
Empecemos todos hoy a no quejarnos de absolutamente nada, ni del calor, ni de la inflación, ni de la crisis, ni de los piqueteros, ni de los dolores nuestros de cada día que se suelen agravar con cada queja.

Prueben a no quejarse nunca más de sus dolores y desaparecerán por completo.
La queja es la intención inútil de liberarse del sufrimiento y sólo si somos conscientes cuando nos quejamos, podemos eliminar por completo de nuestros pensamientos la negatividad de la queja.
Cambiar no es fácil, es muy difícil, y eliminar de nuestras vidas las quejas es aún más difícil.
El quejoso no actúa, e intenta con la queja liberarse de sus pesares, aunque nunca lo logre.
Algunas quejas tienen un beneficio secundario, pueden obtener respuestas de compasión y evitar tareas indeseables, atraer la atención y evitar hacer lo que corresponde.
Cuando una persona se queja de su salud convence no solamente a su interlocutor sino a cada una de sus células de que está realmente enfermo.

Es inútil estar descontento con los malestares o discapacidades físicas porque hay que seguir adelante de todas maneras y la gente no quiere estar con personas que siempre se están quejando de sus desgracias.

La queja es contagiosa y predispone a los demás a quejarse; tiende a expandirse como reguero de pólvora, se enquista en todo campo propicio y se convierte en una forma de ser general quejosa.

viernes, 14 de agosto de 2009

AGRADECIMIENTO

Estar agradecido es cambiar el enfoque de la preocupación a la acción existencial positiva.
Agradecerle a la vida lo que se tiene y lo que se es hoy. Disfrutar este momento en el que puedo hacer lo que me gusta y me siento amado
.¿Qué es todo lo que ha pasado para llegar aquí?¿Por qué tengo que sentir agradecimiento por la felicidad que siento aquí y ahora?Incluso es un sentimiento que proviene de la conciencia de sufrimientos pasados, que han estado allí, pero que hoy no se presentan.
Llegar en la vida a un punto de agradecimiento por haberla vivido, es una señal de que se está entrando una nueva etapa.
Estar en la vida, en la experiencia existencial plena, permite colaborar en la construcción de un mundo mejor.
Estar agradecido es una respuesta lógica del goce de la vida.
Y en verdad es una gran oportunidad tener una actitud de agradecimiento por vivir en un momento en el que el mundo necesita sanar y poder ser parte de esta labor curativa.


http://coadiccion.blogspot.com/

martes, 11 de agosto de 2009

Nada màs hermoso...



Cuando hablo de la paz, mucha gente dice: “Sí, el mundo la necesita”. Pero es justamente lo contrario. El mundo no la necesita, quien la necesita eres tú.


Prem Rawat-Maharaji


Cuando hablo, hablo desde el corazón. No me preparo las charlas. Así que me asombré tanto como cualquiera cuando dije esto… cuando salió de mi boca. Y es verdad, y lo he estado pensando. Mira, he asistido a muchas veladas sociales, he visto a personas con ropa muy cara, y a muchas personas hermosas. Pero cuando un ser humano se viste de paz, es cuando más guapo está, más hermoso. No hay nada más hermoso que un ser humano engalanado de paz. Es lo máximo, lo supremo, la paz, la alegría, la serenidad, la comprensión, la sencillez. Todos estos atributos que buscamos por separado, se encuentran en una sola cosa. Cuando la paz llega a este corazón, le sigue la serenidad. Viene en abundancia. El amor llega descontrolado, te inunda. La alegría no se puede contener, derriba las puertas. Porque algo es como debe ser. Eso es la paz.


Hecho para algo


La gente aprende historia. Se ponen a excavar, y muchas veces encuentran una vasija, una vasija de arcilla, rota en pedazos. La toman y unen los pedazos. Aunque le faltan trocitos, la recomponen y la colocan en un museo con un cartel debajo que dice:“Esta pieza es de tal año antes de Cristo, pertenece a tal civilización y observen las hermosas marcas que tiene”, ¿No es bonita?. Existió una civilización de verdad en esa época, porque hicieron estas vasijas.Te pregunto:¿Para qué se hizo esa vasija, en aquel entonces? Muy sencillo. Fue creada para contener algo. Para eso fue creada. Alguien la hizo, tomó la arcilla, la hizo y dijo: “¿Sabes? Queda un poco sosa, le echaré un poco de pintura,” y la pintó. Pero la pintura no era su característica principal.
El artista no dijo: “¿sabes qué? Seamos modernos. En lugar de usar lienzos, usaremos vasijas de arcilla y pintaremos sobre ellas”. No, la gente necesitaba meter ahí arroz, o trigo, o agua, o aceite, y alguien las vendía en la calle. “Acérquese, compre esto.” Pero nadie vino a decirle: “Esta es una obra de arte maravillosa.” No.Probablemente dijo: ¿a cuánto la vende? Y le contestaría: “A diez, o lo que fuera”. “Es demasiado. Más barato.” O quizá: “¿Cuántos vasos de leche tiene usted? Se la cambio por leche, o por abejas, o por oro, o por trigo.”Y probablemente otro le dijo: “Ah, bueno. Puedo meter el trigo en ella. La que tengo se está haciendo vieja. Puedo poner el trigo ahí dentro. Y para eso fue hecha.” El hombre se la llevó a su casa, o la mujer, o quien fuera , colocó el trigo dentro, la puso allí, y penso : ” ¡Qué bien queda!”
Y con el tiempo, las civilizaciones desaparecen.La vasija quedó enterrada en alguna parte, rota. Alguien la encontró. Una vasija antigua. No tiene nada de malo exponerla en un museo, pero no está cumpliendo la función, para la cual fue creada. No hay problema, la puedes poner en un museo, hacerle fotos. Puedes hacer con ella lo que quieras. Pero el día que el hombre tomó la arcilla, la amasó, e hizo esta vasija, la convirtió en una vasija, fue por una sola razón.
¿Por qué doy este ejemplo?Porque pasa lo mismo con nosotros. Estamos hechos para algo. Y podemos hacer cualquier otra cosa si queremos. Podemos escalar montañas, sí, claro. Podemos ir al fondo del océano, sí, claro. Podemos ir a Marte, sí, y a la Luna, también. Podemos meternos en una cueva muy profunda, sí, por supuesto. Pero, ¿para qué fue creado este recipiente? ¿Qué es lo apropiado, lo que corresponde a este recipiente? Lo diré. Ya que he hecho la pregunta, lo diré: La paz. Eso quedaría muy bien en este recipiente. La paz quedaría de maravilla. La serenidad, espléndida. ¿La gratitud? Fantástica.


Lo más significativo


La paz está dentro de ti. Siempre lo ha estado, y siempre lo estará. ¿Y sabes qué es lo curioso de esa afirmación? Eso lo sabes. Así que no te voy a decir qué es lo que siempre has querido hacer. Puedes sacar tus propias conclusiones. Pero no es casualidad que la satisfacción te haga sentir bien. No es casualidad que la paz te haga sentirte bien. No es casualidad que la alegría te haga sentirte bien, no es casualidad que la tranquilidad te haga sentirte bien. No es casualidad que la serenidad te haga sentirte bien. No es casualidad. Y entre todo lo que buscamos, entre todo lo que investigaremos en nuestras vidas, entre todo lo que trataremos de conquistar, entre todo lo que intentaremos comprender, ¿qué será lo más significativo para nosotros? Lo diré de otra manera. ¿Qué será lo más significativo para mí? No para mi sociedad, ni para mi país, ni para un grupo de personas que comparten las mismas creencias que yo. Sino para mí, para mí. Esta existencia a la que el aliento llega, hablo de este recipiente, no de aquél, ni aquél otro, ni el de más allá. Hablo de este. Esto es un recipiente, amigos míos. Y lo que coloquemos dentro de él es muy importante, es determinante.


Cumplir un propósito


Porque este recipiente fue creado para contener una sola cosa. Y cuando la contiene, cumple su propósito. Queda bien. Tiene un aspecto precioso, un aspecto divino, porque dentro de él hay paz. Entonces es cuando estarás guapísimo. Todos lo intentamos. Esta mañana he dudado: “¿Me afeito o no? Quizá debería esperar hasta justo antes del evento. O bueno, no sé lo que va a pasar, me afeitaré ahora.” Y nos ponemos la espuma, tomamos la cuchilla de afeitar… tenemos espejos para poder mirarnos:“Sí, me veo bien, tengo buen aspecto.” Y hacemos de todo para estar presentables. Pero te diré que estarás presentable de verdad cuando tu corazón se llene de paz. Cuando se llene de amor, tendrás muy buen aspecto. Con el corazón lleno de alegría, tendrás un aspecto divino. Divino. Porque todo eso te sienta bien, te favorece. La confusión no. La tristeza no te sienta bien. La ira tampoco. El color no te va, no te va. La tristeza, tampoco. Muy poco atractiva.


La paz te queda bien


No hay nada más bello en este mundo que una persona en paz. Así es. Y trasciende todas las barreras que conocemos. No tiene nada que ver con la edad, ni con los cosméticos ni con los rasgo físicos. Y créeme, la paz no es como te la imaginas. Alguien vestido de color azafrán, con una sonrisa, el cabello largo, y que no habla. No, no, no. Eso no es estar en paz. Eso es meramente imitar la paz. Porque cuando estás en paz… puede que te estés riendo, como un niño, y estés sintiéndote en paz. Aunque te estén cayendo lágrimas por las mejillas, es posible estar en paz. Sonrías o no sonrías, es posible estar en paz. Se trata del efecto que te causa a ti. La paz te queda muy bien, la tristeza no. La tristeza no te favorece, no. Te queda fatal, de hecho. ¿La ira? Lo desaliña todo. ¿El descontento? No. ¿La confusión? Se te ve desfigurado. Pero en paz, estás guapísimo, guapísimo.
¿Por qué? Nadie lo podrá entender, pero estás muy guapo. Imagínate cuánto dinero podrías haberte ahorrado en cosméticos, cuchillas de afeitar y todo eso, si hubieras sabido esto hace mucho tiempo. Que la paz te sienta bien. Porque así eres tú. Así eres. Esa es tu naturaleza. Y tienes que entenderlo. Un recipiente adquiere una belleza y un valor extraordinarios, cuando está cumpliendo su función. Pondré un ejemplo muy simple: una taza de té. Las hay muy bonitas. Las he visto. ¿Pero cuándo están más bonitas, más preciosas? Adivina. Cuando tienen té dentro. Les queda muy bien. Hay vasos magníficos. Existen esos vasos maravillosos, tallados, muy bonitos. Pero un vaso vacío, es un vaso vacío. Sin embargo si lo llenas con algún líquido, queda precioso, precioso.
En La India, hay unas vasijas de arcilla que se llaman “surey” (palabra india). Se hacen con una técnica muy buena. Muy natural y sencilla. Es de arcilla porosa, con agujeros diminutos, microscópicos. Al llenarla de agua, inmediatamente, por la acción capilar, el agua emerge a la superficie. Y cuando te encuentras en un lugar caluroso y árido, cuando más necesitas agua, agua fresca, la acción capilar hace que el agua llegue a la superficie, y comience a evaporarse. Al evaporarse, la temperatura comienza a bajar, poco a poco . Y Se va refrescando más y más. Pero la vasija sólo adquiere este color cuando está mojada, no cuando está seca o vacía. Cuando tiene agua dentro, puedes observar cómo evoluciona, cómo cambia de color y se transforma.


Mejor que un amanecer


Cuando digo que la paz te queda bien, lo digo en serio. Ni siquiera sabrás lo que es la belleza, hasta que hayas visto a una persona en paz. Cuando ves a una persona en paz, es espectacular. Es mejor que un atardecer, mejor que un amanecer. Es mejor que el color turquesa del agua, mejor que una playa de arenas blancas. Es mejor que todo lo que hayas visto, porque el ser humano en paz es lo más hermoso que hay. Punto. Así que para un mundo que se muere por estar guapo, ¿qué otro beneficio puedo mencionar? “Estarás, fenomenal, siempre joven.”
En plena floración
La paz, cuando llega a tu corazón - cuando te envuelve, tienes buen aspecto.Tienes muy buen aspecto cuando estás en paz. Muy, muy bueno, desde luego, porque eso es lo que deberías llevar puesto siempre. Te transformas… te abres, te desdoblas. Como una flor en plena floración. ¿Has visto una flor en plena floración? Es muy bonita, es bella, muy bella. No lo olvides. No lo olvides
Puedes abrazarla
Que te digan que “la paz te queda bien” es un buen mensaje. El que alguien sea capaz de decirte: “Y yo puedo llevarte a esa paz” es un mensaje buenísimo. Es un mensaje excelente. Que te digan: busca, busca la alegría, es un mensaje sabio. Pero el que puedan mostrarte dónde reside la alegría, es un mensaje increíble. Que te puedan decir: “Sí, está dentro de ti, y puedes ponerte en contacto con ella. Tú también puedes sentir serenidad en tu vida. Tú también puedes sentirla.” No, no sólo sentirla, sino bailar con ella, adorarla, abrazarla. Esa es la posibilidad que está al alcance de cada uno de nosotros.

http://entuinterior.info/blog

viernes, 7 de agosto de 2009

PSICOLOGIA DE LA PAZ



La paz es un estado interior.

El estado actual del mundo es debido a los malos pensamientos de los hombres, a su estado emocional y mental desequilibrado que le lleva a vivir en total desarmonía con él mismo y su mundo. Por tanto, el estado en el que se encuentra la humanidad no es más que el reflejo de lo hay en el interior de cada individuo que la forma.


La paz mundial no depende de un determinado partido político o gobierno, de ninguna institución social, ni tan siquiera de las diferentes asociaciones que la preconizan. No es patrimonio de un país ni de una religión.

Es algo mucho más profundo y en lo que está comprometido todo ser humano que habita el planeta. Pues, sólo habrá paz mundial cuando exista paz individual; paz en el corazón de cada individuo sin distinción, y, esto es la más noble tarea a la que cada ser humano se debe sentir comprometido.


¿Qué mayor y altruista labor que la conseguir cada quien su propia paz interior, que la de conquistarse a sí mismo y aportar su paz al mundo? ¿Qué mayor deber y responsabilidad que contribuir al bien común más sagrado y universalista: la paz interior para alcanzar la paz mundial? Ningún tesoro mayor que la paz interior. Quien lo posee es el ser más rico del planeta y lo tiene todo; quien carece de ella nada tiene. Busquemos la paz en nuestro interior, no en el exterior, ni en palabras bonitas escritas en pancartas o en celebraciones en su nombre. No olvidemos esta gran verdad: “La paz al igual que la salud y la felicidad dependen de estar en armonía con nosotros mismos”.

No Hay otro modo.


Debemos reflexionar sobre lo que nos estamos haciendo a nosotros, a los demás y al mundo. Personalmente, cada día se me hace difícil comprender al ser humano. Pues, no comprendo como a los que decimos que más queremos es a los que más daño les hacemos o nos hacen.

No entiendo como por encima de todo, somos nosotros mismos quienes más daño nos hacemos.


Tampoco entiendo como seguimos destruyendo la Tierra, sabiendo que es el único hogar que tenemos, en el que hemos nacido, en el que vivimos, y el algún día dejaremos de herencia a nuestros hijos. No entiendo como contaminamos el agua que bebemos, la tierra que nos da el alimento, el aire que respiramos o, por qué destruimos los bosques, las selvas, los ríos o los mares; y mucho menos, porque hacemos desaparecer cientos de especies de seres vivos como las plantas o los animales que tienen más derecho a estar aquí que nosotros, pues llevan mucho más tiempo sobre la faz del planeta. No entiendo porque ese afán de diferenciar al hombre por su color de piel, creencias, sexo o país de nacimiento; porque se divide el planeta en fronteras, banderas o calificaciones como las del “Tercer mundo u oriente y occidente”, cuando sobre el espacio sideral solo flota un único planeta, un mismo hogar: La Tierra.


No entiendo por qué se deja morir a un ser humano, al no disponer de dinero para ser operado; cómo se puede comercializar con órganos humanos o con todo tipo de drogas que destruyen a los jóvenes; por qué ese afán de codicia que lleva a levantar grandes negocios con la enfermedad o la guerra. No entiendo lo poco que se valora la vida humana e incluso la del mundo vegetal y animal que son seres vivos como nosotros. Es obvio comprender que, si queremos mejorar el mundo en que vivimos, debemos reeducar a la humanidad; debemos reeducar al educador y a cada ser humano del planeta.


Desde hace años hice mía la sabia máxima de Pitágoras: “Sólo si educáis a los niños no tendréis que castigar a los hombres”. Creo firmemente, que en gran parte, el mejoramiento de la humanidad depende en mucho de los niños de hoy, y de sus educadores (profesores, padres…), pues ellos son el futuro y la nueva humanidad. Sin embargo, veo a los niños y jóvenes y observo el aumento masivo de angustia, ansiedad, insomnio, tensión y desasosiego en el que viven y que poco se hace por erradicarlo.


Poco tiempo para jugar y demasiadas exigencias, obligaciones, responsabilidades y obligaciones escolares, sumado a las excesivas actividades extraescolares, que les dejan poco margen para ser ellos mismos y crecer por dentro. Nos hemos olvidado que una cosa es enseñar y otra educar. Hemos olvidado de trasmitirles valores éticos y morales y los principios espirituales que precisan para crecer y desarrollarse armónicamente. Ni tan siquiera les enseñamos a respirar, a comer sanamente, a realizar un ejercicio integral (pues el de la educación física escolar me parece pésimo además de no tener en cuenta las capacidades individuales de cada escolar), y a conocer el poder latente en su cerebro, en sus mentes, en sus almas, con el que no sólo tendrían la capacidad de regenerarse a sí mismos sino de contribuir al mejoramiento global del mundo que heredaron.


Es imprescindible el rescate de una enseñanza moral y espiritual para que los niños de hoy se conviertan en los hombres nobles y honestos del mañana. Me pregunto en que materia educativa se les habla de la paz, de la salud, de la amistad, del compartir, del amor, del respeto, de su realidad interna o divina, del sentido trascendente de sus vidas y, sobre todo, de la responsabilidad que tienen como seres y del poder que ejercen en su vida y en la de los demás sus pensamientos.


Tal vez, el futuro del cambio esté en los niños, pero los veo crecer con miedo, falta de afectividad, baja autoestima, agresividad y tal vacío interior, que pareciera que más bien se les está formando para seguir los mismos erróneos pasos que nosotros venimos dando. ¿Por qué no se les educa para la paz?... ¿Por qué las lecturas, películas y juguetes creados para ellos no enseñan la paz y si la violencia...? Quién sabe, si los constantes cataclismos que asolan al mundo últimamente, determinadas enfermedades víricas y otras calamidades, no son más que la voz de la Madre Tierra advirtiéndonos que frenemos de una vez nuestro afán destructivo de la vida del planeta y sus seres, para que aprendamos a vivir en fraternal armonía. Tal es mi deseo y el de las personas que “trabajan por la paz”, pero ello es labor individual, es labor y responsabilidad de todos y cada uno de los seres que poblamos la Tierra.


Se precisan todas las manos y todos los corazones, sólo así dejemos de celebrar el Día Mundial de la Paz y podamos celebrar el día en el que la humanidad logró aprender a vivir en paz y hermandad con todos los seres, convirtiendo a este hermoso planeta en un mundo donde el amor, la paz y la fraternidad sea la tónica natural de la convivencia de todos sus habitantes y el respeto y convivencia armónica con las Leyes Divinas que rigen la vida. Debemos entender que todos los seres humanos somos hijos de los mismos padres, de la Madre Tierra y del cosmos; que sólo debe haber una nación, la Tierra; una raza, la del hombre y una religión, la del Amor cósmico, sino lo entendemos así y no trabajamos individual y colectivamente entre todos, tal vez nuestro hermoso mundo esté condenado a desaparecer por obra de los mayores enemigos del hombre: su ignorancia, su egoísmo y su estupidez.


Existen medios sencillos de contribuir a nuestra propia paz, a nuestro bienestar y armonía y con ello al mejoramiento del mundo. Prácticas naturales como la relajación, la meditación, el yoga o una actitud mental positiva en todos los campos, aportaran la necesaria serenidad mental y paz interior, haciendo surgir los valores espirituales que todo ser posee en su interior. Cuando aprendamos a amarnos amaremos a otros; cuando dediquemos tiempo a mejorarnos a nosotros mismos estaremos contribuyendo a mejorar nuestro mundo y hacer de este mundo un lugar donde todos poder vivir en paz y en mutua hermandad.


El ser humano camina hacia una época maravillosa, una Nueva Era de Oro que habrá de llevarle a conocer las maravillas que siempre estuvieron latentes en su interior; aprenderemos a utilizar positivamente los grandes recursos y poderes de nuestros cerebros y mentes e, incluso redescubriremos los secretos ocultos en nuestro planeta. Todo ello, no sólo habrá de llevar al hombre a convivir en paz con todos los seres del planeta, sino también con otras humanidades de mundos vecinos porque lo entendais o no, los tiempos de cambio están próximos a cumplirse y la Tierra va a vivir su iniciación con el hombre o sin él. Sri Sivananda dijo: “Cuando tantos mueren por la guerra que importa que alguien muera por la paz”… Recuerdad, SOLO HABRA PAZ MUNDIAL CUANDO HAYA PAZ INDIVIDUAL.


Como el padre de la medicina occidental dejo dicho: “La salud es vivir en armonía con uno mismo”; a lo que yo añado también la paz y la felicidad. Todo depende de aprender a vivir en paz con nosotros mismos, porque irradiamos lo que llevamos en nuestro interior.

Trabajemos todos por la paz, ¿qué mejor herencia para nuestros hijos y nietos? ¿Por qué no empeñarnos todos y cada uno en conquistar tan noble meta...?


¿Existe alguna meta más loable que la de dedicar tiempo de vida a contribuir a tu cambio positivo y al del mundo?... Si queremos paz en el mundo, en nuestro país, en nuestra sociedad circundante o en nuestro hogar ¿por qué no comenzar por uno mismo?


“No hay caminos para paz, la paz es el camino” - Gandhi