sábado, 24 de mayo de 2008

Sibyla: Poema 100


"Cada vez que un hombre
me abandona,
me vuelvo más hermosa.
Más hermosa..."


Maram al Masri
(Siria, 1960)

viernes, 16 de mayo de 2008

Esperanza


lunes, 12 de mayo de 2008

Carta a una madre


sábado, 10 de mayo de 2008

Sibyla: Mi gata


¡Cómo envidio a mi gata!
que no sufre de insomnio
sobre el sofá se duerme
sobre el piso
si la despierta un ruido
abre apenas los ojos
y los vuelve a cerrar.

Me atrae su indolencia
su levedad su holgura.

No se somete a nadie
su despertar es lento
hace yoga mi gata
viene hacia mí, se acerca
contra mi piel se frota
la acaricio, me araña
se escabulle de un salto
¿Me quiere? ¿No me quiere?
Misteriosa es mi gata
y jamás lo sabré.

Claribel Alegría
(Nicaragua, 1924)

viernes, 9 de mayo de 2008

SHE


La mamá más mala del mundo

Yo tuve la mamá más mala del mundo.Mientras los otros niños no tenían que desayunar, yo tenía que comer cereal, huevos y pan tostado. Cuando los demás tomaban refresco gaseosos y dulces para el almuerzo, yo tenía que comer un sandwich.

Mi madre siempre insistía en saber dónde estábamos, parecíamos encarcelados. Tenía que saber quiénes eran nuestros amigos y lo que estábamos haciendo. Insistía en que si decíamos que íbamos a tardar una hora, solamente nos tardáramos una hora.

Me da vergüenza admitirlo, pero hasta tuvo el descaro de romper la ley contra el trabajo de niños menores: hizo que laváramos trastes, tendiéramos camas, aprendiéramos a cocinar y muchas cosas igualmente crueles.Creo que se quedaba despierta en la noche pensando en las cosas que podría obligarnos a hacer; siempre insistía en que dijéramos la verdad y nada más que la verdad.

Para cuando llegamos a la adolescencia, ya fue más sabia y nuestra vida se hizo aún más miserable.Nadie podía tocar el claxón para que saliéramos corriendo; nos avergonzaba hasta el extremo obligando a nuestros amigos a llegar a la puerta para preguntar por nosotros.

Mi madre fue un completo fracaso; ninguno de nosotros ha sido arrestado, todos mis hermanos han hecho labor social y también han servido a su patria.

Y, ¿a quién debemos culpar de nuestros terrible futuro?Tienen razón, a nuestra mala madre.

Vean de todo lo que nos hemos perdido.Nunca hemos podido participar en una manifestación con actos violentos y miles de cosas más que hicieron nuestros amigos. Ello nos hizo convertirnos en adultos educados y honestos.

Usando esto como marco, estoy tratando de educar a mis hijos de la misma manera; me siento orgulloso cuando me dicen que soy malo.

Y, verán…Doy gracias a Dios por haberme dado,¡ La mamá más mala del mundo !-

Autor Desconocido -

10 de Mayo, dìa de las madres aquì en Mèxico, a todas las madres en su dìa.felicidades!!!!!!!!

jueves, 8 de mayo de 2008

Zulma...ELLA (por Bebe)

lunes, 5 de mayo de 2008

NENÙFAR


Una cuestión de actitud

La dra Ellen Langer y sus colegas de la Universidad de Harvard, le propusieron a un grupo de personas mayores de 75 años en buen estado de salud: Nos vamos una semana de campamento. El único requisito es que se imaginen, se sientan, y se comporten como si tuvieran 20 años menos; los tendremos monitoreados mediante exámenes físicos y mentales".
La experiencia fue única. Los psicólogos reprodujeron la vida tal y como era 20 años atrás, incluyendo retos y actividades. Para leer y escuchar, sólo había revistas y música de la época. Su conversación debía ser en tiempo presente sobre su trabajo (aunque ya estaban retirados) y sobre los temas y acontecimientos de ese momento.
Asimismo, debían hablar de su esposa o hijos como si ellos también tuvieran 20 años menos. Cada uno de los participantes portaba en el pecho una foto de cómo lucía a los 55 años, y todos aprendieron a identificarse por las fotos antes que por la cara.
El propósito de los psicólogos era cambiar la percepción que estos hombres tenían acerca de ellos mismos. La premisa del experimento era que sentirse y verse viejo o joven influye directamente en el proceso de envejecimiento en sí.
Al cabo de una semana, los médicos midieron a cada uno de los participantes su fuerza física, postura, percepción, cognición y memoria a corto plazo, junto con umbrales de audición, vista y gusto. Los resultados fueron notables, sobre todo cuando los compararon con otro grupo de la misma edad que hizo el retiro pero en tiempo real, normal y sin indicaciones especiales.
A diferencia de estos últimos, los del experimento se mostraron más activos, autosuficientes y hábiles. Mejoraron en fuerza muscular, oído y vista, así como su memoria y destreza manual. Sus articulaciones ya tiesas, ganaron flexibilidad en tan sólo ocho días, y su postura empezó a erguirse como en años más jóvenes.

El estudio de la doctora Langer marcó un hito y demostró algo que me parece maravilloso: la actitud sí puede revertir el envejecimiento.
Envejecer es normal; sin embargo, no todas las personas lo hacen igual.
¿La diferencia? La forma en que se perciben a sí mismos y la actitud que deciden asumir ante la vida. Cuando la actitud cambia, el cuerpo la sigue.


Ella atribuye su éxito a tres factores:
1) se comportaron como si fueran más jóvenes.
2) Se les trató como si tuvieran la inteligencia y la independencia de personas más jóvenes (a diferencia de cómo los trataban en su casa); por ejemplo, se les pedía su opinión y se les trataba con respeto.
3) Participaron en actividades complejas en la rutina diaria.

domingo, 4 de mayo de 2008

Zulma : Hoy te ofrezco "Tema de Pototo" (Autor: Luis A. Spinetta)


Para saber cómo es la soledad

tendrás que ver que a tu lado no está,

que nunca a ti te dejaba pensar

en dónde estaba el bien, en dónde la maldad.

Para observar cómo muere la flor,

tu verás que también muere la paz,

es que esa paz revivirá en su voz

la flor te la dará para plantarla igual.

La soledad es un amigo que no está,

es su palabra que no ha de llegar igual.

Si es que sus sueños son luces en torno a ti

tú te das cuenta que él ya nunca ha de morir,

nunca ha de morir.

Para saber cómo es la soledad

tendrás que ver que a tu lado no está,

que nunca a ti te dejaba pensar

en dónde estaba el bien, en dónde la maldad.

La soledad es un amigo que no está,

es su palabra que no ha de llegar igual

si es que sus sueños son luces en torno a ti

tu te das cuenta que él ya nunca ha de morir,

nunca ha de morir.

jueves, 1 de mayo de 2008

UMA

Una cuestión íntima y personal.

Llevo muchos años oyendo a familiares, amigos e incluso perfectos desconocidos decirme: “Y tu ¿cuándo vas a tener niños? Se te va a pasar el arroz. Con lo bonito que es tener hijos... a ver cuándo te pones”. Creo que jamás en mi vida se me habría ocurrido hacerle un comentario así a nadie, por mucho que le conociera o por mucha confianza que tuviera. Las mujeres tenemos la suerte inmensa de poder disfrutar de la maternidad, pero que yo sepa, hasta ahora no es una obligación. Me parece una decisión tan íntima y personal, que considero obsceno que nadie se permita hacer comentarios o dar opiniones al respecto. Yo nunca he sentido la necesidad de ser madre, por eso no he tenido hijos. Que se me pase el arroz o quién me vaya a cuidar cuando envejezca no me parecen razones de peso para embarcarme en la aventura de la maternidad. Creo que hay que desearlo, sentirlo necesario... ese me parece el único motivo razonable. Me gustan mucho los niños, y me alegra enormemente cuando sé de alguien que espera un bebé. Adoro a mis sobrinos y tengo con ellos una relación encantadora. Pero nunca he deseado hijos propios.
En mi viaje a India conocí a una mujer muy especial que se convirtió en una buena amiga. Ella practica meditación desde hace muchos años, y en sus meditaciones a veces capta o recibe cierta información sobre la vida y las personas que la rodean. Yo me estaba preparando para “la introducción al Mantra”, una ceremonia íntima por la cual tu Maestro te regala un Mantra para meditar y te da un nombre espiritual. Esta amiga me dijo: “Te van a dar un nombre maternal”. Me hizo gracia justamente por todo lo que he dicho antes. Le pregunté por qué, y me contestó que soy una persona que cuida a los suyos, que se preocupa mucho por los que la rodean... en fin, maternal. Y yo la dije: Sí, fíjate lo maternal que soy que no tengo hijos y tengo 5 gatos. Y me dijo algo maravilloso. Me dijo que yo nunca tendría hijos, que no los necesitaba, a que nunca has tenido ganas de ser madre?. Y yo asentí entre alucinada e intrigada. “Tu ya has sido madre, en otra vida, y has sido una madre estupenda. Esa parte ya la has vivido. Ahora estás aquí para crecer tú interiormente, para dedicarte a ti misma.” Puede que a muchos os dé la risa, y me parece muy respetable. Pero para mí fue algo liberador. Entendí algo que hasta ese momento no tenía explicación y que me había hecho sentir mal muchas veces, porque no me parecía razonable ser mujer y no desear ser madre. Y desde entonces, cuando alguien se mete donde no le llaman y me pregunta por qué no tengo hijos, le cuento esta peculiar historia y le se le quitan las ganas de volver a preguntar, ja ja. Los yoguis creemos firmemente en la reencarnación y en la ley del Karma. Puede explicar muchas conductas inexplicables. Es mucho más interesante conocer el pasado que el futuro, porque ese conocimiento nos puede explicar por qué somos como somos, y por qué actuamos como actuamos.
Por cierto, el nombre que me dieron fue Uma, también conocida como Parvati, madre de Ganesha, el dios con cabeza de elefante que representa la fuerza ante la adeversidad y la capacidad de combatir los obstáculos.

Om Shanti.

SIBYLA

Canción de amor

En cierta ocasión un poeta escribió un canto de amor, un canto hermoso. E hizo muchas copias y lo envió a sus amistades y conocidos, hombres y mujeres, y también a una joven a la que había visto una sola vez y que vivía al otro lado de la montaña.

Al cabo de uno o dos días, llegó un mensajero de la joven con una carta. Y en ella decía: "Permíteme que te diga que estoy profundamente enamorada por el canto de amor que escribiste para mí. Ven para conocer a mi padre y a mi madre, y juntos haremos los preparativos para la boda".

El poeta contestó a la carta: "Amiga mía, no era sino un canto de amor que brota del corazón de un poeta, cantada por cualquier hombre para cualquier mujer".

Y ella contestó de nuevo diciendo: "¡Hipócrita y embustero! En memoria tuya, odiaré a todos los poetas mientras viva".

Gibran Jalil Gibran.