lunes, 5 de mayo de 2008

NENÙFAR


Una cuestión de actitud

La dra Ellen Langer y sus colegas de la Universidad de Harvard, le propusieron a un grupo de personas mayores de 75 años en buen estado de salud: Nos vamos una semana de campamento. El único requisito es que se imaginen, se sientan, y se comporten como si tuvieran 20 años menos; los tendremos monitoreados mediante exámenes físicos y mentales".
La experiencia fue única. Los psicólogos reprodujeron la vida tal y como era 20 años atrás, incluyendo retos y actividades. Para leer y escuchar, sólo había revistas y música de la época. Su conversación debía ser en tiempo presente sobre su trabajo (aunque ya estaban retirados) y sobre los temas y acontecimientos de ese momento.
Asimismo, debían hablar de su esposa o hijos como si ellos también tuvieran 20 años menos. Cada uno de los participantes portaba en el pecho una foto de cómo lucía a los 55 años, y todos aprendieron a identificarse por las fotos antes que por la cara.
El propósito de los psicólogos era cambiar la percepción que estos hombres tenían acerca de ellos mismos. La premisa del experimento era que sentirse y verse viejo o joven influye directamente en el proceso de envejecimiento en sí.
Al cabo de una semana, los médicos midieron a cada uno de los participantes su fuerza física, postura, percepción, cognición y memoria a corto plazo, junto con umbrales de audición, vista y gusto. Los resultados fueron notables, sobre todo cuando los compararon con otro grupo de la misma edad que hizo el retiro pero en tiempo real, normal y sin indicaciones especiales.
A diferencia de estos últimos, los del experimento se mostraron más activos, autosuficientes y hábiles. Mejoraron en fuerza muscular, oído y vista, así como su memoria y destreza manual. Sus articulaciones ya tiesas, ganaron flexibilidad en tan sólo ocho días, y su postura empezó a erguirse como en años más jóvenes.

El estudio de la doctora Langer marcó un hito y demostró algo que me parece maravilloso: la actitud sí puede revertir el envejecimiento.
Envejecer es normal; sin embargo, no todas las personas lo hacen igual.
¿La diferencia? La forma en que se perciben a sí mismos y la actitud que deciden asumir ante la vida. Cuando la actitud cambia, el cuerpo la sigue.


Ella atribuye su éxito a tres factores:
1) se comportaron como si fueran más jóvenes.
2) Se les trató como si tuvieran la inteligencia y la independencia de personas más jóvenes (a diferencia de cómo los trataban en su casa); por ejemplo, se les pedía su opinión y se les trataba con respeto.
3) Participaron en actividades complejas en la rutina diaria.