viernes, 25 de abril de 2008

UMA



Los apegos:

Toda nuestra vida está basada en los apegos. Apego al sitio que ocupo siempre en el sofá, apego a un lado de la cama (cuando es compartida), apego a una colonia, a una camiseta o a un jersey, apego a las personas, a la familia, a la pareja, y especialmente a los hijos. Estamos tan acostumbrados a vivir con los apegos que ni siquiera nos damos cuenta de que existen, y peor aún, no nos damos cuenta de hasta qué punto limitan nuestra existencia. Necesitamos despertar, volvernos conscientes, en especial las mujeres, que hemos dedicado toda la vida a vivir por y para los demás, siempre hacia fuera, olvidándonos de lo más importante, que es vivir hacia dentro, hacia el interior. Lo veo cada día en mis clases de Yoga. Intento obligar a mis alumnos a que se cambien de sitio cada vez. Y muchas veces, muchos de ellos me han dicho que si se cambian de sitio no consiguen relajarse. Y así es, y es tristísimo. ¿Cómo puede limitar mi capacidad para sentirme bien el hecho de estar en un sitio o en otro a 2 metros y en frente? Es subrealista. Pero funcionamos así, con esas pequeñas limitaciones diarias estrangulando nuestra libertad. Puede parecer difícil desapegarse, pero no lo es. Como todo, es una cuestión de práctica, puede ejercitarse. Se pueden ejercitar los músculos, la elasticidad... pero también puedo ejercitar la alegría, la voluntad, la paciencia, saber decir que NO, el vivir consciente, el desapego, todo es proponérselo.
El apego, muchas veces nos hace buscar pareja, sólo por miedo a la soledad. De hecho, si no fuera así, no la buscaríamos. Cuando apareciera estaríamos listos para dar lo mejor, el amor puro, sin exigencias. Cuando terminara quedaría una gran alegría por haber disfrutado de ese tiempo, nunca rencor ni malestar. Pero si el mal llamado amor surge como una necesidad del apego, nunca florece, lo ahogamos antes con deberes. Y cuando acaba, duele, porque deja paso a la soledad. Una soledad autoinflingida, ya que si viviéramos desde el desapego nunca estaríamos solos.

Me temo que ha sido demasiada filosofía para una primera intervención en este blog. Pero me apetecía hablar de ello. Veo demasiada gente desdichada y siempre es la misma causa. Deberíamos aprender a vivir un poco mejor. Gracias She por invitarme. Un beso grande a tod@s.